Conejo, conejo, conejo

*Recomendación: Para todos los que hayáis llegado hasta aquí pensando que esto va sobre algún tema erótico festivo, podéis dejar de leer porque la cosa no tiene nada que ver. De todas formas, gracias por clickar porque cuenta como visita.

Para los que hayáis entrado pensando en cualquier otra cosa, ¿podéis, por favor, explicarme qué se os pasa por la cabeza para pensar que tras semejante titular puede haber algo interesante? A no ser que os dediquéis a la cría y cuidado de estos deliciosos animales, a mí jamás se me ocurriría pinchar en semejante post.

Aunque, puesto que la fiebre amarilla parece que va inoculando poco a poco todo occidente, quizá estéis interesados en saber algo más del Año del Conejo, que empieza en apenas dos días.

El motivo del titular es mi hartazgo absoluto con este pobre animal. Es comprensible que para los chinos, el Año Nuevo Chino (valga la redundancia) sea una de las épocas del año más esperadas y una de sus festividades más importantes. Aunque sólo sea porque son vacaciones en el amplio sentido de la palabra, es decir, que no tienen que trabajar y pueden ir a visitar a sus familiares olvidados en las remotas zonas rurales.

Y no tiene la culpa el conejo, ¡pues hasta ahí podíamos llegar! Pero es que estos días es salir a la calle, y ¡hala, conejo al canto!!! Conejo en las portadas de las revistas, en los sellos, en los sobres, en todas las publicidades, en los folletos del banco, en los restaurantes, en los escaparates, en las lunas de los coches....Pasteles en forma de conejo, jabones, flores, ropa interior, postales, huchas, todo tipo de adornos y souvenirs con la dichosa forma, diademas con orejitas....¡Por favor, qué horterada!

Lo del conejo en los restaurantes es sólo un dibujito en el menú, porque siendo los chinos de paladar generoso, no se encuentra el conejo entre sus numerosas delicatessen. Lo cual es una lástima porque a la cazuela con un poco de arroz es una irresistible delicia.

Por lo menos, no llegan al extremo de los japoneses, para quienes el conejo es un animal doméstico casi sagrado. Le dices a un japonés que te encanta el conejo con arroz y pasa a considerante un criminal de perfil bajo. Suerte si no acaba denunciándote.

Atrás dejamos el año del Tigre, mucho más agresivo y transgresor. En la cultura china, cada año corresponde a un animal de los doce que componen el horóscopo chino. Y ese animal determina las características de cada año, así como los altibajos con los que tendrá que lidiar el nacido bajo dicho signo. Por ejemplo, pertenecen al conejo los nacidos en 1939, 1951, 1963, 1975, 1987 y 1999. Es decir que a partir del jueves será el año de los nacidos en dichas fechas y de los que nazcan a partir del 3 de febrero de 2011.

Y eso significa que los conejos tendrán más o menos suerte, más o menos fortuna en los negocios, en el amor, en las relaciones o en la salud. Pero no sólo afecta a los nacidos en el año del conejo, si no también afecta a la relación que el conejo mantiene con el resto de animales del zodíaco. Por ejemplo, el conejo se lleva a matar con el gallo, lo cual significa que va a ser un año peliagudo para los nacidos en el año del gallo. Y así sucesivamente.

Para saber qué tienen preparado las estrellas para cada uno, los chinos suelen consultar maestros del feng shui, muchos de ellos charlatanes de medio pelo que hacen el agosto a costa de la superstición del pueblo chino. Otros, auténticos maestros, saben realmente leer las estrellas y pueden llegar a ser muy útiles, si no quedas arruinado después de un par de consultas.

Francamente, creo que tanto pelito suave por aquí, orejitas por allá, blandito, redondito y bastante ñoñito....el conejo es un animal de lo más cansino. Insisto, exceptuando cuando viene acompañado de arroz. Y si se cumplen las características de este animal tan aburrido, pasado mañana empezaremos un año en el que no se esperan grandes cambios. Nada demasiado malo ni nada demasiado bueno. Medias tintas, ni fú ni fá. Pues eso, un coñazo. O un conejo.