8 feb 2011

Prometo ser buena...


...y seguir flagelándome con la redes sociales en internet. Todo sea por estar a la moda. Porque, ciertamente, no es de recibo que una periodista internacional de menos de 40 no esté conectada constantemente.Y para no parecer una cascarrabias que, invariablemente, va en contra de las nuevas tecnologías, ayer me abrí una cuenta en Twitter.

Conste que me he dado de alta por recomendación de varios amigos que tengo en altísima estima profesional y que actualmente están batallando en primera línea del periodismo español.

Vale, ya tengo Twitter, ¡qué bien!

Pero igual que prometo ser buena, prometo no colgar ninguna exclusiva ni información de última hora ni breaking news ni nada que suponga media gota de sudor profesional. Porque al colgar las noticias en tiempo real, el valor de la información se devalúa hasta límites obscenos. Y dado que no me pagan por escribir titulares de menos de 140 caracteres con abreviaturas, asteríscos, almohadillas, http:// y .com, sólo escribiré de vez en cuando.

No es por ser materialista -que si no se me nota mucho el ramalazo chino-, pero no llego a comprender por qué tanta gente regala la información. Y lo más lamentable, por qué tantos periodistas regalan la información. Y luego nos quejamos de que la profesión está bajo mínimos. ¡No me extraña! ¿No supone tanta información aleatoria, mezclada y sin ningún criterio la mayor de las desinformaciones?

Yo, que tengo Twitter configurado en inglés, no puedo soportar la idea de tener 500 usuarios Following, es decir, siguiéndome. Entre el Following, el Watching y el Listening (por eso de la radio...), no se me ocurre un Gran Hermano más asfixiante. Además, me da la sensación de que hay mucho exhibicionista por ahí suelto. Si ya en el día a día hay que tener mucho ojo para que no te la metan doblada, en el ciberespacio, la gente da demasiada rienda suelta a sus pequeñas frustraciones diarias y parecen Marlon Brandos los que no llegan ni a figurantes. Pero a fin de cuentas, en eso consiste la virtualidad.

El problema es que, puestos a virtualizar las cosas, ¿por qué los periodistas damos tanta carta de naturaleza a estos nuevos canales de comunicación? Que además se convierten, consciente o inconscientemente, para el Periodismo en competencia directa y desleal (insisto, ¡son gratis!).

Creo, en definitiva, que soy una rancia totalmente trasnochada y condenada a no tener 19.800 amigos. De hecho, el otro día fui a la Biblioteca Central de Hong Kong (of course) y además de pasarme tres horas muy a gusto, me cogí un par de libros (impresos) sobre la Historia de China.

Pero prometo ser buena y seguir reeducándome en el funcionamiento de las redes sociales. Quizá dentro de un año tenga que comerme con patatas todo este post, bajar la cabeza y meter el rabo entre las piernas mientras enarbolo la bandera de las infinitas bondandes y beneficios (¿económicos?) del Gran Hermano cibernético. Ojalá sí. Ojalá no.

10 comentarios:

  1. totalmente de acuerdo

    ResponderEliminar
  2. Bravo Ana! Cuanta razón...

    ResponderEliminar
  3. ¡Buenísimo Ana! Pero digo yo, realmente ¿quién se tiene que reeducar? Ojalá el próximo año puedas seguir enarbolando la resistencia a caer en el borreguismo de las redes sociales. No digo que no tengan ventajas pero a día de hoy yo le veo más inconvenientes que ventajas...

    ResponderEliminar
  4. Cierra esa arma de belcebú. Creo que me abrí uno hace como un año y, una vez registrado, no lo volví a abrir. En mi antiguo curro, me echaron hace 15 días de un periódico provincial donde trabajaba haciendo más páginas que un tonto, nos estaban intentando a meter a todos por 'berea' y que apostáramos por las nuevas tecnologías como twitter, pero fui incapaz de ponerme a intentar comprenderlo. No obstante, tengo que reconocer que tengo facebook pero por una cuestión estrictamente personal, no profesional.
    PD: La inmediatez se carga las mejores exclusivas, bajo mi punto de vista, aunque es complicado guardártela un ratito hasta mejorarla.

    ResponderEliminar
  5. Grande Ana , que gran expresión escrita y que bien está este tema , desde luego que te la acaban metiendo doblada si posteas una noticia a tiempo real jodiendo tu exclusividad . Bravo Ana,BRAVO
    Un saludo de tu compañero de control central Fernando.

    ResponderEliminar
  6. Hola Ana,
    Sigue adelante con tu blog y twitter. Yo te escucho desde Los Angeles, CA a traves de COPE mientras que estoy trabajando. Siempre son interesantes tus noticias y cometarios. Gracias.

    ResponderEliminar
  7. Hola Ana, lo has explicado muy bien y estoy de acuerdo contigo: Una periodista profesional no puede regalar su trabajo. Pero puedes utilizar Twitter como herramienta de promoción. Por ejemplo, cada vez que publiques un post en este blog puedes poner un enlace en Twitter para que los que te seguimos te leamos. Por cierto te escuché hace unas horas en A Cielo Abierto y la periodicidad de tus posts me parece adecuada.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  8. ¿Twitter? Cuestión de modas. Felicidades por tu blog de parte de un periodista nacional de menos de 40 que por ahora se resiste.

    ResponderEliminar
  9. Tengo twitter, dos antes que tu y aún no me entero de que va esto. No me imoporta. Lo único que saco en positivo es que ya no tengo que dar explicaciones acerca de mi opinión sobre estas redes. Ahora digo tengo twitter y se acabó la charla... es una buena opción.
    Ernesto

    ResponderEliminar