Mi EGM particular

Ahora que andan los medios pendientes de la cuenta de la vieja que es el EGM, he decidido hacer lo propio con mi Made in China. Con la salvedad de que yo me he ahorrado el proceso de pasar los datos por la sección de chapa y pintura, como hacen todos los directivos de los medios españoles para arrimar el ascua de la audiencia a su sardina mediática. El cocinado de los datos es tan elocuente que a veces roza lo obsceno. Al fin y al cabo, ellos se lo guisan y ellos se lo comen.

No deja de resultar llamativo que, con lo que lleva llovido, haya todavía excepcionales profesionales de la comunicación que se sientan mínimante condicionados o preocupados por tan tergiversado barómetro. Pero los hay. Y lo peor de todo es que hay quien aún se los cree. La tendenciosidad de los resultados es tan apabullante que en vez de darle tanta solemnidad, lo que deberían hacer en las redacciones el día en que se dan a conocer las cifras oficiales es hacer quinielas sobre la mano que ha mecido la cuna para parir tan caciquil indicador en uno u otro mes.

Si no fuera por lo que implica, tanto pucherazo sería hasta cómico. Pero, sin embargo, es dramático porque todo gira en torno a estos datos: la publicidad, los presentadores y todo el ejército de profesionales que hay detrás de cada programa, de cada editorial, de cada artículo. Todo vive subyudado y condicionado a estos tiránicos resultados. Aunque tampoco es de extrañar que cada medio cocine sus propios resultados para intentar digerirlos mejor. Al fin y al cabo, han empezado a cocinarlos a fuego lento desde arriba y al final del proceso se han recalentado tantas veces, que acaban oliendo a podrido.

Lo bueno de blogs es que son gratuitos. El bloguero en cuestión rara vez saca beneficio económico por hacerlo y por tanto no está sujeto a nungún tipo de servidumbre. Podría decirse que lo hace por amor al arte, que, al paso que vamos, es en lo que va a terminar conviertiéndose la profesión periodística. En un arte que se paga con amor. Como si la información fuera gratis, ¡qué gracia!

Los de blogger.com, que generosamente me informan cada día de la gente que visita mi blog, desde dónde, a qué hora, el sistema operativo que utilizan para acceder (Windows, Macintosh, iPhone, Blackberry….) y hasta el navegador desde el que acceden, dicen que tengo 14.081 visitas únicas desde que empecé a escribirlo, es decir, desde enero. No está mal, dada mi falta de continuidad y la vacuidad de algunos de los contenidos. Pero también existen grandes dosis de estupidez en algunos de los programas con más audiencia, según el oráculo del EGM. Y sin embargo, arrasan. ¿Será ése el secreto del éxito del periodismo moderno?