21 feb 2013

Debate sobre el estado de la Profesión


Un amigo me recibió con los brazos abiertos ayer en Twitter. “Bienvenida al presente del Periodismo”. Después de pasarme un año y medio sin alimentar ni visitar a la bestia, pensé que por fin Twitter se habría transformado y podría encontrar una brizna periodística. “El placer es siempre mío” le retuiteé. No podía estar más equivocada.

No conozco una profesión con más instinto autodestructivo que el Periodismo. Todos los medios de comunicación españoles se pasaron ayer el día tuiteando y retuiteando –con opiniones incluidas-, con pelos y señales lo que estaba ocurriendo en el Debate sobre el estado de la Nación. Si la tarde anterior regalas tu mercancía, ¿cómo pretendes que al día siguiente alguien pague por ella? Si le hacemos esta pregunta a cualquier economista, simplemente nos responderá que atenta contra las leyes de mercado más básicas.

Los periodistas somos unos románticos. Tanto, que más bien parecemos imbéciles. Mientras los abogados cobran al minuto y los médicos porque tosas, nosotros suministramos gratis nuestro producto. A saber, la información. Muchos piensan que por tener cinco mil seguidores en Twitter son mejores profesionales y que ser el primero en tuitear algo es lo más de lo más. Sin embargo, no hay nada más trasnochado en pleno siglo XXI. Ahora, donde todo tiene un precio, donde todo se compra y se vende, nosotros lo regalamos. Hace un tiempo solía pensar que eso era prostituir nuestra profesión. Pero es que hasta las putas cobran (cómo no podía ser de otro modo). Lo que no llego a comprender es por qué nosotros lo hacemos gratis. No se me ocurre mayor desprecio hacia lo que uno hace que no dotarle de un valor.

Porque no todo el mundo tiene acceso al Congreso de los Diputados. Por eso, algo
tan privilegiado como seguir en vivo y en directo el Debate sobre el estado de
la Nación pasa a convertirse en una vulgaridad como otra cualquiera desde el
momento en que se empieza a contar –gratis- lo que allí está ocurriendo. Se
equipara un tuit en el que se habla de las cuentas del Estado con uno al que le
 da por contar que hoy ha desayunado magdalenas. En Twitter se equipara la
 información con el chascarrillo.

No conozco a ningún fabricante de coches que después de diseñar un vehículo, pagar los costes de producción, distribución y venta le diga al del concesionario que regale el coche, por baja que sea la gama, al primer cliente que entre por la puerta. Entre otras cosas porque si no, el negocio se le va a la mierda. Los periodistas, hacemos justo lo contrario. El medio de comunicación envía una transportable al Congreso -con enlace vía satélite, si es preciso-, paga el salario del periodista, con transporte y dieta incluida en la mayoría de los casos y luego, regala vía Twitter el contenido de lo que produce. ¿Qué negocio aguanta este ritmo? Ninguno. Porque no sólo va contra toda lógica comercial si no contra el más aplastante sentido común.

Juntar churras con merinas nunca ha sido buen negocio. O si no que se lo pregunten a los sufridos ganaderos. En Twitter, la información y el chascarrillo se confunden, convirtiéndose todo en información o todo en chascarrillo. Todos periodistas o todos porteras. Pue eso, el presente del Periodismo.
 

6 comentarios:

  1. "Bienvenida a la destrucción del Periodismo",ese debería de haber sido el titular de ese amigo si al igual que tú se considera o es un periodista de raza.Creo que otro de los grandes problemas es esa masificación de medios en los que ya por dar una noticia y ponerse la etiqueta de "ser el primero" todo vale..incluso via Twitter.Pero hay más...si la profesión se pisotea y ademas gratis (que no lo hacen ni las putas,como tu bien dices),da lo mismo si a cambio tenemos contentos al partido politico al que se defiende en ese medio y eso......si que me parece muy grave.Un saludo Ana,permiteme que te anime a seguir con esta fuerza....por que como diria aquel...¡¡tu si que vales!!,un beso.Manuel.

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    1. Hola Manuel Amor...
      De periodistas de raza están los cementerios llenos. Me conformo con que me cuenten bien las cosas...

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  2. Ánimo y adelante. Desde el título se nota tu amor por la Profesión, con mayúsculas y aunque muchos como recuerdas parecen depender hoy día solamente del número de tuiters que mandan al día o de quienes "teóricamente" los van a leer, no deja de ser una rebaja y degradación de la Profesión, también con mayúsculas....colocándola al nivel de los chascarrillos de vecina o de barrio. Sigue en esta línea

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  3. Que los avances científicos y tecnológicos nos han permitido mejorar nuestras condiciones de vida es un hecho incuestionable. Ahí están la máquina de vapor y las vacunas para ilustrar esta afirmación. Ciencia y tecnología han estado al servicio del hombre.

    Pero en esta época que nos ha tocado vivir la cosa ya no está tan clara. Sin ir más lejos, las redes sociales están cambiando a un ritmo vertiginoso la esfera de las relaciones personales y, por lo que se ve, profesionales también. Ahora para ser alguien tienes que colgar las fotos de tus vacaciones en Facebook, escribir en Twitter cosas como "hoy he comido macarrones", "estoy esperando el autobús", "llueve en Madrid", etcétera, o filmar tu última payasada y exponer tus vídeos en YouTube. Todo vale para exhibirse y llamar la atención. Hay que hacerse notar. Y para redondear el pastel, hay quien demanda estos "productos". El problema de esta mercancía es que es tan etérea que en un abrir y cerrar de ojos ha sido fagocitada por los agujeros negros virtuales. Hay que seguir produciendo más y más...

    Y centrándonos en el ámbito periodístico ¿dónde queda el contraste de las fuentes de información antes de publicar la "noticia"? ¿Y la perspectiva que ofrecen los minutos frente a los segundos? ¿Y la búsqueda de las palabras más precisas? Los tiempos virtuales impiden tales cosas.

    O los periodistas se están viendo afectados por una epidemia de narcisismo o el serrucho está manejando al carpintero.... ése es el estado de la Profesión.

    R

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  4. Tendría que documentarme un poco pero dada la escasez de tiempo tiraré de cultura general (Aclaracion: no es que el mío sea muy valioso... Simplemente, tengo tan poco tiempo libre que lo aprecio demasiado. Por eso no creo que fuera capaz de atravesar hong kong y ponerme al final de una eterna cola al final de la cual no hay mas que un par de euros de ahorro).
    Anyway... Un ejemplo cualquiera... Unos cuantos siglos atrás los arrieros eran un colectivo fundamental en la sociedad del momento, como el de los periodistas -supongo- hace unos años. Se dedicaban a transportar mercancías a lomos de sus mulas de un pueblo a otro. Digo yo que les llevarían de todo: materias primas, alimentos... Y por qué no... También noticias. Quien te dice a ti que junto al trigo o las aceitunas, el arrierito no llevaba de Bolaños a Moral de Calatrava las últimas noticias de uno u otro pueblo.
    Pero desgraciadamente hoy ya no hay arrieros. El mundo evoluciona y con él nuestra forma de vida. Probablemente los arrieros no supieron adaptarse a la llegada de otros medios de comunicación más ágiles, eficaces y seguros. Tal vez si se hubieran aprovechado de esas nuevas tecnologías que llegaron habrían encontrado un hueco en el "futuro". Pero no supieron adaptarse. No supieron renovarse y... murieron. Pues mucho me temo que con nuestra profesión (profesión? Yo creo que es más bien un oficio) va a pasar lo mismo. Hoy la información está al alcance de cualquier. La tecnología permite que cualquiera -no hace falta ser periodista- reciba y envíe "noticias" con un simple teléfono móvil. No necesitas al periodista para que te cuente cómo va el debate sobre el estado de la nación. El propio presidente del Gobierno te lo cuenta por twitter casi al mismo tiempo que habla desde su escaño. La noticia ya no es monopolio del periodista. Cualquiera la tiene y la ofrece gratis. Por eso... o nos adaptamos o morimos. Habrá que buscar un valor añadido a la información que ofrecemos, o aprender a usar las redes sociales como reclamo para que luego compren el periódico porque les ampliaremos la buena información que les hemos adelantado en los 140 caracteres del twit, o, o, o, o habrá que pensar algo, pero nunca cerrar los ojos a la realidad.
    En fin, me quedo con lo mejor de este pequeño debate... Si admitimos que los periodistas somos como arrieros, confio en que se cumpla la otra mitad del refrán... Que en el camino nos volvamos a encontrar.

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  5. Twitter es una herramienta que, aunque a veces nos cueste asimilarlo, forma parte del periodismo. Es más, lo complementa siendo la red social un arma blanca para el disfrute de la actualidad inmediata. Estoy contigo, anónimo. Se nota tu profesionalidad.

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